miércoles, 15 de octubre de 2008

VIAJAR EN TAXI.

Las generalizaciones son odiosas e injustas. Ultimamente he utilizado el servicio de taxi asiduamente y he realizado una especie de estudio-encuesta.
En uno de los trayectos que realizo a diario he comprobado que el 60% de los conductores opta por el camino más largo y que resulta más caro para el usuario, en este caso quien esto escribe.
Hay que considerar que de este 60 % algunos conductores pueden ignorar cuál es el mejor camino lo que tampoco es un aliciente ya que si el trabajador que conduce un taxi no tiene un conocimiento adecuado de las avenidas y calles demuestra cierta incapacidad para desempeñar el rol de taxista y cumplir adecuadamente su trabajo, pero es preferible quizá a la mala intención de llevar al pasajero por el camino más largo para que el reloj marque una suma más onerosa.
Otro tema que se debería mejorar en algunos conductores es su carácter y el trato a los clientes. El no saludar al pasajero cuando sube al vehículo, muchos pasajeros tampoco saludan al subir y maltratan al conductor también, demuestra una falta de preparación para desempeñar el trabajo. Ha ocurrido que ante la sugerencia por parte del pasajero al conductor de ir por un camino espécifico este último reacciona de mala manera contestando cosas por el estilo:
"Yo lo llevo por dónde quiera, total usted es el que paga" y acto seguido el conductor comienza a ir a una velocidad de 15 km crucero, colocándose detrás de todos los colectivos y camiones o abre las ventanas en época invernal.
Dirán que en Nueva York los taxistas son peores, puede ser que así sea pero esto no soluciona nada para los que en Argentina usamos este servicio en forma continua.
Estas líneas tienen como único objetivo que este servicio mejore y creemos que no es una quimera sino algo posible, solo falta un poco de buena voluntad y una adecuada preparación.

Alejandro Olmedo Zumarán.

1 comentario:

Juan Manuel Bulacio dijo...

Educación es lo que falta, Negro. Los tacheros, empleados en negocios, mozos de bar, médicos, docentes o lo que sea a veces parecen tan saturados de la vida, tan "cansados" que no pueden ni hablar. En realidad me parece parte del embrutecimiento colectivo que estamos viviendo. Triste realidad, pero superable con educación y con un surgimiento de la honradez y la esperanza. Por eso, felicito tus esfuerzos en este sentido. Energía, evidentemente, es lo que te sobre. Un abrazo. JM