miércoles, 15 de octubre de 2008

NO MÁS BOLSAS DE PLÁSTICO.

  • Editorial II
  • No más bolsas de plástico.

  • El Senado bonaerense acaba de aprobar una ley que obliga a los comercios a cambiar las bolsas de polietileno, que hoy son entregadas para el transporte de mercaderías, por contenedores de material degradable o biodegradable que reduzcan el impacto en el ambiente.
    En el caso de los hipermercados, supermercados y minimercados de venta al por menor, el plazo para el reemplazo de las bolsas será de 12 meses, en tanto que los comercios más pequeños tendrán hasta 24 meses para hacerlo. La norma prevé además la aplicación de sanciones (multas y clausuras) para quienes, superado ese plazo, sigan entregando bolsas de polietileno a sus clientes. De esta manera se da un paso decisivo en todo el territorio de la provincia de Buenos Aires para eliminar estos elementos nocivos del ambiente.
    Este cambio, en apariencia simple, representa una nueva mirada, imprescindible, sobre nuestras costumbres. No se trata sólo de eliminar una bolsa de polietileno; significa asumir que nuestros hábitos de consumo están afectando el planeta y es momento de cambiar. Se estima que sólo en la Argentina se desechan 150 bolsas por persona cada doce meses, lo cual equivale a varios miles de millones por año. En el mundo, se calcula que se utilizan más de 500.000 millones de estas bolsas, lo cual termina a menudo afectando gravemente la vida silvestre, sobre todo la fauna marina.
    Por eso, es loable el propósito de minimizar el impacto que provoca la abundancia de estas bolsas en los rellenos sanitarios, los cursos de agua, el mar y el paisaje, como consecuencia de su gran perdurabilidad, calculada en alrededor de 300 años. Sin embargo, también hay que reconocer que, en muchos casos, la aparición de estas pequeñas bolsas en cualquier sitio se debe a un sistema de manejo de residuos obsoleto y desaprensivo como son los basurales a cielo abierto (que también deberán desaparecer, según lo establece la ley de gestión de residuos sólidos de la provincia de Buenos Aires) y de una escasa cultura ciudadana que poco contribuye a la higiene del medio.
    A diferencia del proyecto original, que indicaba el material de envase biodegradable por utilizar, la ley no especifica ningún componente, para evitar beneficiar a un sector en particular. Es importante que los nuevos materiales efectivamente reduzcan el caudal de gases contaminantes que se generan durante el proceso productivo o que utilicen menos hidrocarburos. No sería sustentable que se intentara solucionar el tema de los residuos a costa de aumentar, por ejemplo, el efecto invernadero.
    La norma ha despertado resistencias, como todo cambio, pero su sanción debe implicar el compromiso férreo por parte de las autoridades de su aplicabilidad. En materia ambiental, es mucho peor una norma que no se aplica que la ausencia de regulaciones, porque la falta de efectiva vigencia incentiva un escaso compromiso de los ciudadanos por el entorno. La prohibición de fumar en lugares públicos es un ejemplo de un rotundo cambio de hábitos y de una verdadera comprensión y acatamiento por parte de la comunidad de sus fundamentos. Esta norma debe seguir el mismo rumbo.
    Es imperioso comprender que vivimos en un espacio limitado y que es necesario evitar la desmesurada cantidad de bolsas que cada año se acumulan en nuestro planeta. Sin duda, abandonar el uso de bolsas plásticas representará un esfuerzo para el conjunto de los habitantes, ya que constituye un hábito muy difundido, y la ventaja de dejar de usarlas puede no ser todavía tan evidente.
    Estos cambios necesariamente deben ser acompañados de un proceso de información adecuada y enmarcados en una política cuyo objetivo sea desalentar el uso del packaging innecesario en todos los productos que utilizamos. Se trata de una iniciativa que debe ser alentada e imitada porque promueve que todos los sectores de nuestra sociedad comencemos a sensibilizarnos con este tipo de acciones, que tienen por objetivo promover una actitud responsable frente al planeta y las generaciones futuras.

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