David Nalbandian acaba de ganar su noveno torneo profesional de la ATP. Para un jugador del nivel del de Unquillo no es un gran torneo y poco agregará a su ranquing. En lo personal sí es importante porque los triunfos aunque sean pequeños hacen bien.
Digo pequeños porque es esto lo que ha ocurrido en Suecia. Nalbandian ha ganado a jugadores muy inferiores a él en cuanto a nivel técnico y ranquing.
Hoy en la final venció al Sueco Robin Soderling un jugador muy irregular con un buen saque pero que no tendría que haberle causado tantos problemas al Rey David, pero todos conocemos el presente del argentino y su poco apego al entrenamiento que al fin y al cabo produce estas situaciones como las de hoy. Cuando Nalbandian ganaba cómodamente 6/2 4/3 y su saque cometió muchos errores permitiendo que el discreto jugador sueco se alzara con el segundo set y hasta el 3 iguales en el tercer set se dudaba acerca de quién sería el triunfador. Pero en ese momento sobrevinieron los múltiples errores del sueco que perdió su saque y luego David confirmó su quiebre, volviendo a romper el servicio de Soderling en el último game del partido.
Triunfó el argentino pero a Nalbandian le falta mucho y no olvidemos que esta es la superficie donde juega mejor. La prueba de fuego donde veremos la verdadera forma de Nalbandian comienza mañana lunes y es el Master Series de Madrid. En este Master y en el de Paris Bercy se podrá tener una idea de si está en condiciones para enfrentar a Nadal en la final de la Copa Davis, por ahora le falta bastante.
Alejandro Olmedo Zumarán.
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