Si bien el match por la semifinal de la Copa Davis entre Argentina y Francia era favorable a este último país, incluso sin su figura máxima J. W. Tsonga, las malas costumbres argentinas florecieron tras la inminente derrota.
Históricamente los número 1 argentinos tuvieron influencia decisiva en la formación de los equipos y demás circunstancias que pertenecieran a la Davis.
Siempre se evitó dar a conocer estos detalles, pero luego de la época del Capitán Oscar Furlong, buen tenista y ex campeón mundial de básquet, los capitanes argentinos perdieron autoridad. En las últimas décadas esto se incrementó.
¿A qué viene este comentario?
Viene ante la desafortunada declaración de David Nalbandian, luego de su clara y previsible derrota frente al francés Gael Monfils, cuando expresó que el capitán no se animó a hacer los cambios para que él enfrentara a Llodra.
En forma contundente le respondió el capitán argentino cuando dijo:
"David tuvo ciertas chances que se le escaparon y perdió un partido importante, pero también muy difícil", el capitán además aclaró sobre el tema del orden de los singlistas, "Formar de esta manera fue una decisión complicada que se charló el miércoles a la noche". Conociendo como se actúa en los equipos argentinos de Copa Davis, no caben dudas que Nalbandian sabía y que había aceptado la formación del equipo como se presentó y que en mi opinión fue la correcta. Hubiera sido muy difícil que el cordobés le ganase a Monfils el domingo.
Tiene que quedar en claro que era del conocimiento de todos, que este partido era muy difícil, no obstante muchos, alentados por el exitismo irracional y mediático creyeron que Nalbandian solo podía ganar la semifinal contra Francia. El resultado evidenció que no está para enfrentar este tipo de desafíos.
Tengamos en cuenta que los partidos anteriores donde Nalbandian salió airoso se jugaron contra jugadores retirados o lesionados como los suecos o rusos y en esta ocasión el equipo francés si bien no tenía incluído a su número 1 contaba con Monfils número 16 del mundo lo que para el rendimiento de Nalbandian 2010 es demasiado.
Los argentinos somos poseedores de una autoestima que supera todos los límites imaginables, autoestima que muchas veces se convierte en arrogancia.
Nos creemos que en fútbol somos los mejores, siempre basando nuestro éxito en individualidades y no en el trabajo del conjunto.
Con Maradona como técnico y Messi como jugador nos convencimos que seríamos campeones mundiales indiscutidos y mal nos fue.
Con identico espíritu, los menos informados pensaron que los dos puntos de Nalbandian serían un mero trámite.
En esto algunos periodistas tienen mucho que ver. Llegaron a decir que Nalbandian era una especie de ser imbatible que cuando defiende los colores de la bandera, su nivel se eleva infinitamente. Y su nivel no se eleva más que esto que mostró ayer cuando debe enfrentar a un jugador como el francés. Tampoco se elevó en el Abierto de Estados Unidos donde casi pierde en primera ronda con el número 231 de la ATP.
Cómo corolario y para salir de esta nueva crisis deportiva que muestra que Argentina está siempre en crisis, habría que crear un proyecto de equipo. Hay un solo proyecto que se ha realizado con éxito en la Argentina y es el de Las Leonas, que hasta ahora funcionan como un equipo y ninguna es más importante que las demás, todas son iguales y forman en conjunto a dicho equipo, cosa que no ocurre en el tenis desde hace décadas.
El equipo lo tiene que formar el capitán y los jugadores, quienes además de respetarse tienen que apoyarse entre sí y comportarse como miembros de un grupo y no ser meras individualidades con aires de vedettes.
Ver al capitán Francés y a sus dirigidos todos juntos, es un ejemplo de conducta deportiva que permite llevar adelante el proyecto que diseñaron antes de los partidos. Argentina está muy lejos por ahora de lograr esa conducta deportiva, que es la unica que permite ganar o perder con honor e hidalguía.
Alejandro Olmedo Zumarán
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