Pena de muerte
No importa quién se manifieste a favor de la pena de muerte. Importa que nuestra Constitución Nacional y los Pactos de Derechos Humanos incorporados a ella con jerarquía constitución la prohíban y así tiene que ser. Hay que tener cuidado con lo que se dice en momentos de tensión y de gran dolor como es perder un ser querido. Pero no hay ninguna duda que urge la aplicación implacable de las normas plasmadas en el Código Penal y en la Constitución. No se trata de promover una política de mano dura sino de auspiciar el uso de los instrumentos legales que tenemos a nuestro alcance que al día de hoy son ignorados por interpretaciones absurdas de las leyes vigentes por parte de quienes tienen la responsabilidad de aplicarlas y dichos que favorecen la delincuencia y su impunidad de quienes gozan de seguridad personal por los cargos públicos que ocupan y que el pueblo paga a través de los impuestos.
No importa quién se manifieste a favor de la pena de muerte. Importa que nuestra Constitución Nacional y los Pactos de Derechos Humanos incorporados a ella con jerarquía constitución la prohíban y así tiene que ser. Hay que tener cuidado con lo que se dice en momentos de tensión y de gran dolor como es perder un ser querido. Pero no hay ninguna duda que urge la aplicación implacable de las normas plasmadas en el Código Penal y en la Constitución. No se trata de promover una política de mano dura sino de auspiciar el uso de los instrumentos legales que tenemos a nuestro alcance que al día de hoy son ignorados por interpretaciones absurdas de las leyes vigentes por parte de quienes tienen la responsabilidad de aplicarlas y dichos que favorecen la delincuencia y su impunidad de quienes gozan de seguridad personal por los cargos públicos que ocupan y que el pueblo paga a través de los impuestos.
Alejandro Olmedo Zumarán