sábado, 27 de noviembre de 2010

LA PELEA DEL AÑO.

Tuvimos la suerte de ver la pelea entre el australiano Michael Katsidy y el mexicano Juan Manuel Márquez en el límite de los 60 y tantos kilogramos. No he visto en los últimos tiempos una pelea del nivel y la pegada de esta. El australiano se asemejaba al Rocky Balboa de la película 2, era imposible que dejara de avanzar y le pegaba a todo lo que se le ponía delante. Fue así como en el tercer round derribó contundentemente al mexicano Márquez que se levantó como pudo pero con la entereza de los grandes luchadores o figthers pudo sobrellevar el round hasta el final continuando con un concierto de golpes de manual.
A partir del cuarto lució recuperado el mexicano pero daba la impresión que es Aussy era imbatible o invencible. Pero esto no era una película ni la saga de Rocky y fue entonces que la realidad plasmada en el boxeo magistral de Juan Manuel Márquez hicieron que la humanidad de Katsidy fuera cediendo ante el valor y la técnica. En el noveno round un concierto memorable de golpes con una clase pocas veces vista aplicados al cuerpo y rostro de Katsidy obligaron al correcto arbitro a detener la pelea a pesar de que el australiano estaba de pie, pero no era justo ni racional permitir que siguiera recibiendo un castigo de tal magnitud.
Ganó por KOT en en noveno round el mexicano Juan Manuel Márquez o Marquéz como anunciara el tradicional Michael Buffer y ahora pretenden hacer una tercer pelea contra el filipino Manny Pacquiao o Floyd Maywheather y porqué no contra quien propinara a Paul Williams y que también comentamos en este blog, el KO del año, nos referimos al Argentino Sergio "Maravilla" Martinez.
Una nueva noche inolvidable de boxeo que nos alejó de la violencia que nos agobia día a día confirmada a través de secuestros, violaciones, robos violentos, tráfico de estupefacientes y asesinatos a los cuales no sabemos cómo enfrentar, erradicar y combatir ya que el Estado es ineficiente para proveernos de la seguridad mínima que en cualquier Estado normal debiera existir.
Alejandro Olmedo Zumarán.

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