miércoles, 17 de noviembre de 2010

CACHETAZO.

La mayoría del periodismo se mostró escandalizada ante el cachetazo de la diputada Graciela Camaño a un ex terrorista que intento derrocar gobiernos democráticos para instalar una dictadura de izquierda. Seguramente la diputada no propinó el cachetazo por los males que este ex-terrorista provocó a la Argentina. Mientras muchos miembros de la sociedad se preguntaban atónitos y sorprendidos por la reacción de Camaño que aplicó un cachetazo a quién formó parte de organizaciones terroristas y cometió atentados, ninguno de los valientes periodistas que hoy critican a Camaño ha preguntado a este sujeto por qué atentó con sus crímenes a la humanidad entera que es contra quien atenta el terrorismo del qué este hombre formó parte. Creo que la reacción de la diputada no es correcta pero que levanten la voz por haber estampado con la mano abierta el rostro de un malvado que puso en jaque a la Nación entera y hoy desde su banca insulta y agrede a opositores como hace tiempo lo hizo cuando Felipe Solá votó a favor de la derogación de la resolución 125 es demasiado. Seguramente de funcionar la justicia en este país este hombre desearía recibir un cachetazo porque la condena por sus crímenes de lesa humanidad sería muy grave y el cachetazo no sería nada.
Estamos viviendo momentos muy difíciles y luchando contra gente que incita a la violencia y no tiene límites y para peor no han abandonado los métodos violentos.´
Cómo indica Ayn Rand, "el derecho a la defensa propia es moral y parte del principio libertario de que nadie debe obtener un valor de otra persona usando la fuerza. Por ejemplo, el ladrón armado actúa en forma inmoral cuando busca obtener un valor-dinero-amenazando de muerte a su víctima. Pero la víctima no obtiene un valor al matar a su asaltante, por lo que actúa moralmente al defenderse. Ningún individuo o grupo tiene derecho a usar la fuerza contra uno. Si lo hacen, uno tiene derecho a defenderse contra quienes usan esa fuerza" ("Ni Parásito ni víctima: libre" pag. 196. Por Raúl Costales Dominguez, Ed. El grito Sagrado)
La diputada Camaño defendió el valor del honor familiar y el suyo, lo defendió ante el ataque de un ex-terrorista y ella no obtuvo ningún valor atacando a quien la ofendió porque defendió su honra y la de su familia y lo hizo en defensa propia ante el violentísimo ataque verbal de quién acostumbró a ofender los valores más trascendentes de la humanidad como por ejemplo el valor de la vida humana.
No hay que rasgarse las vestiduras por un cachetazo aplicado en forma tardía contra quién ofendió a la humanidad entera y a mi criterio todavía debe responder por dichas violaciones imprescriptibles.

Alejandro Olmedo Zumarán.

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