jueves, 15 de octubre de 2009

DEGRADACIÓN EDUCATIVA.


"Ninguno de los países relevados en el informe PISA cayó tanto entre 2000 y 2006 como la Argentina, en lo que se refiere a la calidad de la educación de sus jóvenes de 15 años. Ese informe demostró que, en lo que respecta a la comprensión lectora, esos jóvenes argentinos ocupaban en 2000 el puesto 35° entre 41 países, y en 2006 el 53° entre 57 países"
"...un reciente estudio del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, de la Universidad Católica Argentina, muestra que más del 60 por ciento de los padres considera muy buena o buena la educación primaria y secundaria que reciben sus hijos, motivo por el cual no los cambiarían de escuela". Esto indica que la catástrofe que muestran las cifras comentadas no ha sido advertida por quienes deberían velar desde sus hogares por la formación de sus hijos, que integrarán, en no más de dos décadas, la dirigencia del país"
"¿Pueden estos datos alentar, acaso, la esperanza de que en ese lapso las nuevas generaciones rescaten a la Argentina del abismo social, cultural, moral e intelectual en que se encuentra sumida?" ("EDUCACIÓN: UN FUTURO HIPOTECADO" DIARIO LA NACIÓN, 4/10/09)
Al reflexionar sobre este apocalíptico y real editorial con mi amigo el Dr. Juan Carlos Equis nos preguntábamos si era conveniente que nuestros hijos adolescentes se queden en este país. Muchos creemos que son pocos los países del mundo que se han degradado, degenerado y corrompido al punto que lo está haciendo la Argentina. Hace 25 años tuve la oportunidad de quedarme a vivir en otro país pero utópico e inocente creí en éste, en el que creo cada día menos y la realidad es que descreo cada vez más de la mayoría que lo habita, como señalé en la primera versión de "Argentina un país con argentinos".
Muchos hemos realizado las más nobles tareas, nos educamos, trabajamos, nos recibimos, intentamos insertarnos en cuanto trabajo honesto hubiese, nos perfeccionamos pero cada día nos va peor. En la mayoría de los casos es así, sobrevivimos, subsistimos para pagar la prepaga así tenemos la insulina que nos dan como regalo con las jeringas para inyectarnos el salvador remedio. Y gracias que además de poder pagar la prepaga, ésta nos acepta porque el ser diabético o tener una enfermedad preexistente es motivo para convertir al enfermo en un paria. Lejos quedó "El Hospital de Clínicas" donde me atendía en los 80 el mejor médico diabetólogo del país el Dr. Felix Ernesto Puchulu, una eminencia. Lo mismo ocurrió con "El Policlínico Bancario" en la Avenida Gaona al 3200 al que iba en el colectivo de la línea 106 y sobre el cual la escritora Beatriz Sarlo señala la siguiente afirmación: "... Juan José Zanola, de la Bancaria, que con admirable pericia condujo un hospital modelo a la bancarrota..." ( "Piquetes buenos, piquetes malos" La Nación 5/10/09).
Lo que ocurría hace 30 años en los hospitales públicos ocurre hoy en las empresas de medicina privada. Sacar un turno para consultar un médico, realizar un estudio, chequeo o análisis resulta una tarea ciclópea. Todo demanda un soporífero trámite, las empresas demoran las aprobaciones de los tratamientos, estudios y todo esto hace acordar a lo que era hace tres décadas el hospital público. Médicos que ante el pedido de una receta hacen que el paciente firme un cupón para facturarlo como si fuera una consulta. Lo hacen porque sus honorarios son mínimos. Creemos que la concentración de empresas en pocas manos y las presiones ejercidas por el poder político sobre las mismas empresas que son obligadas a pagar impuestos y costos laborales altísimos, la prohibición de echar empleados aún con justa causa, la obligación exigida por parte de matones gubernamentales para que aumenten los sueldos a los empleados sin siquiera aumentar los precios de la cuota, han provocado que el sistema a nuestro criterio esté a punto de explotar. No es una defensa al empresariado sino lo que estimamos una realidad. Vamos al quiebre de las empresas producido por una política basada en el voluntarismo, patoterismo y el deseo de una mente desequilibrada.
Así ocurre con los colegios, que son tomados por alumnos en defensa de peticiones absurdas perdiendo el don más preciado que un ser humano puede recibir que es la educación mientras millones no pueden acceder a la misma.
Es por eso que algunos nos preguntamos si sería lo mejor para nuestros hijos permanecer en este país, aunque para nosotros los padres sería tremendo que se exilien en otro país.
¿Pero qué futuro les espera aquí?
Estudiar y recibirse con un título profesional no sirve para nada en la Argentina de hoy. Los profesionales ganan menos que el conductor de un colectivo, que un camionero, que un encargado de edificio y podría nombrar muchos dignos empleos más en los que se gana más que ejerciendo una profesión en la Argentina. Un abogado para percibir un sueldo de 5000 pesos tiene que tener muchos años de experiencia, trabajar horas y llevar juicios importantísimos, lo mismo ocurre con los médicos.
¿Cuántas horas, en dónde y cómo hace uno de los millones de médicos para ganar 5000 pesos?
En cambio siendo conductor, camionero o encargado de edificios se llega a esas cifras en poco tiempo, sin preparación y con una formación que llevará mucho.
No es una queja hacia lo que justamente ganan los trabajadores nombrados, pero para qué van a estudiar los jóvenes si luego no podrán ganar lo suficiente para vivir dignamente.
¿Alguien va a hacer el esfuerzo por tan poco habiendo otras alternativas que no cuestan ni la mitad del esfuerzo?
Fijémonos otras de las actividades que dan mucho dinero y sin tanta preparación, me refiero a quienes viven de la especulación financiera lo que no demanda un gran esfuerzo y con cierto estudio del mercado se ganan muchos dólares sin producir nada, sin agregar valor a nada y sin crear fuentes de trabajo.
Pero sin lugar a dudas el trabajo más rentable en la Argentina y por el cual muchos han llegado a ser millonarios es la política y éste sí que es rentable.
¿Alguien vio un político pobre en los últimos treinta años?
Mejor dicho la pregunta tendria que ser:
¿Qué político no salió enriquecido luego de su gestión?
Un país cada vez más pobre con políticos, dirigentes y funcionarios más ricos.
Lo estamos viendo en la votación por la ley de medios audiovisuales, legisladores que anunciaron que votarían contra la ley presentada por el gobierno de pronto y sorprendentemente se manifiestan a favor de la ley dando explicaciones que ni un niño de dos años podría dar tan mal.
Mientras tanto otro de los principales funcionarios gubernamentales para mostrarse poderoso hace alarde de que sus colaboradores saben quebrar columnas y sacar ojos, no precisamente con anestesia.
Me pregunto cuántos serán los que viven de todo un pueblo cada día más pobre, analfabeto, inseguro, enfermo entregado a esta decadencia terminal esperando el día del juicio final y sin ninguna expectativa.
¿Pueden cincuenta mil delincuentes hacer que treintiocho millones de personas que increíblemente permanecen impávidas padezcan sus felonías?
Pareciera una vez más que la culpa no es solo culpa de los políticos infames sino que éstos están acompañados de una gran mayoría cómplice ante estos actos que contribuyen a destruir el país, sus instituciones, en fin la República.
¿Queda algo por ver en la Argentina actual que no hayamos visto luego de esta parodia llamada "Ley de Medios audivisuales"?
Puede que sí, no creamos que ya vimos todo, cada día puede ser peor en la Argentina solo se necesita que uno de estos inmorales tenga la voluntad de hacer lo que le plazca para hundir aún más lo que fue un país y ahora es ..., quién sabe.
De algo tenemos que estar seguros, para llegar a ser una Nación no debiéramos soportar lo que está haciendo una minoría cínica, inmoral y sin escrúpulos que terminará causando más pobreza, corrupción y tragedia.
Alejandro Olmedo Zumarán.

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