martes, 4 de noviembre de 2008

NO LO HE ESCUCHADO.

Todos hemos escuchado las quejas de David Nalbandian por la decisión tomada por las autoridades del tenis internacional y nacional de elegir a Mar del Plata como sede para la final de la Copa Davis. El tenista número 2 de la Argentina no deja detalle alguno al azar y esto se confirma cuando anuncia cómo una de las ventajas esenciales para el equipo nacional los 440 metros de altura que hay en la Docta lo que haría que su excelente tenis fuera aun mejor. Pero sorprendentemente no he escuchado palabra alguna del de Unquillo acerca de la superficie sobre la cual se jugará la final. La misma será construída por una empresa española llamada "CAMPOSAN" sin experiencia en torneos de la ATP y que en su página web dice que se ha consolidado como Líder en el Mercado Español de la Construcción. Es una superficie similar a la que se usa en el torneo sin puntos de ATP del Espinar de Castilla y León en España que en 2006 ganó Juan Martín del Potro, el único jugador argentino del equipo que conoce la superficie. La empresa resalta que hay 1500 canchas de este tipo en la península ibérica y este torneo se juega desde el año 2000.
El nombre comercial de la superficie es "CompoSport Tenis Cushion", supuestamente no se utiliza en ningún torneo oficial y está homologado por la Federación Internacional de Tenis, la Federación Madrileña, la Federación Andaluza y la Federación Valenciana.
Mientras Nalbandian se cartea con el presidente de la AAT pidiendo explicaciones cuando se sabe que la Federación Internacional de Tenis tiene derecho a vetar el lugar dónde se jugará la final del evento, pero nada dice de que la superficie no sea la que él ha querido y ha exigido vehementemente.
¿Por qué será?
Lejos de aportar un ambiente positivo que debería primar en un equipo que tiene un compromiso trascendente en la historia deportiva nacional, como es ganar la Copa Davis, Nalbandian provoca todo lo contrario inmiscuyéndose en asuntos que exceden lo deportivo salvo que tenga otro interés además del orgullo, que siempre ha manifestado, siente cuando representa al país y por lo cual ha percibido grandes honorarios.

Alejandro Olmedo Zumarán.

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